Alsacia está ubicada en el noreste de Francia, en la frontera con Alemania, entre las montañas de los Vosges y el río Rin. Su ubicación estratégica ha provocado que cambiara de control entre Francia y Alemania varias veces a lo largo de la historia, por lo tanto, su arquitectura, gastronomía y viticultura son de estilo marcadamente germánico. La región recibió el estatus de Appellation d’Origine Contrôlée (AOC) en 1962, y hoy en día aproximadamente el 90% de su producción proviene de variedades de uva blanca, ya que se benefician del clima fresco, seco y soleado. Normalmente están elaborados a partir de una sola variedad de uva, mencionada en la etiqueta, generalmente de las "uvas nobles" Riesling, Gewurztraminer, Pinot Gris y Muscat. Estos vinos son muy aromáticos y delicados, con sabores que recuerdan a las nectarinas, flores blancas e incluso petróleo, y estilos que van desde vinos secos y jóvenes hasta ejemplos muy dulces y aptos para el envejecimiento. Otros uvas blancas como Pinot Blanc, Sylvaner, Chasselas y Auxerrois también se cultivan, siendo el Pinot Noir la única uva tinta permitida en la región. Cuando estas uvas se mezclan, se puede etiquetar como "Edelzwicker". Todos los vinos deben embotellarse en la distintiva flûte d’Alsace, una botella alargada que refleja la influencia alemana en la región. La categoría de máxima calidad, Alsace Grand Cru, incluye 51 viñedos oficialmente clasificados, reconocidos por su geografía superior, composición del suelo y clima.
Alsacia también produce Crémant d’Alsace, un vino espumoso elaborado utilizando el método tradicional, similar al Champagne. La región también produce vinos dulces como Vendanges Tardives, elaborados con uvas recogidas cuando están sobremaduras, y Sélections de Grains Nobles, hechos con uvas afectadas por el "moho noble" botrytis cinerea, resultando en vinos de postre ricos y complejos.
Descubre Pierre Sparr y Trimbach hoy.
Autor: Maytte Rivera